Primero de todo: siento el retraso. Esta semana - al igual que me ha estado pasando durante tantas otras últimamente- no me ha dado literalmente tiempo a más. A raíz de esto, quería compartir con vosotras una pequeña reflexión.
Desde siempre, he sido una persona bastante inconformista. No importa lo que haga o los pequeños logros que vaya consiguiendo: siempre me parece que no es suficiente y que podía haberlo hecho mejor.
Hay muchas mañanas en las que, cuando me despierto, repaso mentalmente todas las cosas que me gustaría abarcar durante ese día con éxito y estando al 100% - sin pararme a pensar a veces, que son demasiadas y que el día tiene las horas que tiene- así que cuando por la noche me voy a dormir, en más de una ocasión, me resulta familiar esa conocida sensación de medio frustración...
Al final, esta situación se podría resumir en que "quien mucho abarca, poco aprieta", y creo que esa es exactamente la razón por la que tantas veces me quedo con la mala sensación de hacer las cosas corriendo, intentar exprimir el tiempo al máximo, y, al final, parece que llego "tarde" a todos lados...
Estoy segura de que no soy la única por aquí ambiciosa en este sentido y con, a veces, demasiadas ganas de auto-superación. Por mi parte, reconozco que en parte tener ambición y ganas de superarse a uno mismo son valores necesarios para crecer y desarrollarse como persona, pero cuidado, porque a veces, si nos exigimos más de la cuenta - mucho más incluso de lo que realmente somos capaces de dar- podemos llegar a caer en la insatisfacción total y, a veces, hasta perder la motivación...
Aún así, estoy me siento feliz; porque me doy cuenta de que cada vez más soy capaz de "relajarme" más y de sacar cada uno de los días de mi vida algunos minutos para disfrutar de corazón, pararme a dar las gracias y ver lo que realmente es importante en mi vida.
Y después de esta hiper-mega-súper reflexión, os dejo con el último look de la semana :D
En rosa, como no podía ser de otra manera últimamente..!
¡Mil besos!